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 Estás en: "BIOGRAFÍAS"

  ORDOÑO  II
 

873  -   924

Por Máximo Cayón Waldaliso

 

Ordoño II

La figura del Rey Ordoño II, a quien unos le llaman “guerrero insigne” y otros “rey luchador”, acapara siempre la atención de los estudiosos y el interés de los profanos por todo lo que representa en la vida leonesa. 
Una gran arteria de la ciudad, la principal de León,  lleva su nombre para recordarnos a todo, propios y forasteros, la destacada ejecutoria de este monarca, considerado como el verdadero iniciador o, por mejor decir, el verdadero fundador del Reino Leonés, de aquí que el reino poderoso, de aquella fuerte monarquía reconquistadora cristiana, puntal firme de la restauración peninsular tras la restauración árabe en la geografía patria. Lucha tremenda, agotadora, incesante, llena de dificultades, que ese llamó Reconquista, terminada por los Reyes Católicos en 1492 al conseguir la unidad política de las tierras y de los hombres de España, como muy bien se ha dicho. Que esto constituyó, al fin y al cabo, el ideal del Reino Leonés.

Doce reyes se determinan en la monarquía asturiana de forma exclusiva: desde Pelayo hasta Alfonso II “ el Grande”, pues el que hizo el número trece, García I, si bien traslado su Corte a León, murió a los tres años. Y aunque ya se tituló “rey de León” y en verdad lo fue, dicen las referencias que no hizo nada notable. Bien diríamos también, en justicia,  que no tuvo tiempo para ello. De ahí, por tanto, el que se diga asimismo que al subir al trono su hermano, Ordoño II, pues García I no tuvo sucesión, es cuando el Reino de León tuvo verdadero estado y firme proyección, cuajando así espléndidas realidades en todos los aspectos de gobierno.

Los padres de Ordoño II fueron el rey de Asturias, Alfonso III, y Jimena de Navarra, matrimonio celebrado el año 869. Ordoño II nació el año 883 y en principio fue rey de Galicia entre los años 910 y 914. Al morir su hermano García I sin dejar hijos, le hereda Ordoño, con cuya proclamación se juntan ambos reinos con el de Asturias, formando una sola unidad. Es de significar que este suceso coincide con el origen de otros Estados independientes que contribuirán a la Reconquista cristiana en Navarra, Aragón y Cataluña. A poco de ser coronado en León, asistiendo a este acto los obispos y magnates reunidos en Cortes, su actividad fue incesante en la lucha  contra el moro para extender el reino cristiano.

En este aspecto militar de Ordoño II hay que considerar que ha sido una de las grandes figuras de la historia patria. Además dicen los cronistas que era hombre de grandes iniciativas, prudente y previsor, lleno de templanza y generosidad en el gobierno, amante de la justicia y bondadoso con los pobres, Sus experiencias le proporcionaron muchos triunfos gloriosos en los primeros años de su reinado. Indudablemente Ordoño II era muy temido por los árabes a quienes desbarató en memorables jornadas. Recordemos de paso que Abderramán III de Córdoba, con un ejército  de 20.000 hombres, se presentó en las fértiles riberas del Duero, cuya frontera ambicionaba el moro. Era el mes de julio del año 916. Los sarracenos siembran la muerte y el saqueo. Y aunque son rechazados, al rey leonés acuden suplicantes y angustiados, los castellanos y navarros para que les librara de aquella nube africana.

Al año siguiente los moros avanzan desde Medinaceli hasta San Esteban de Gormaz (Soria), una de las principales fortalezas cristianas en la frontera con el moro. Y es cuando OrdoñoII, llevado de sus grandes iniciativas, siembra primero el desconcierto entre las filas árabes y luego ataca con furor para destruirlos en la encarnizada lucha. Fue. Un completo desastre musulmán. Dice Sampiro de la batalla de San Esteban de Gormaz que no había número para contar los muertos y que desde la orilla del Duero hasta el castillo de Atienza y Paracuellos, todo estaba cubierto de cadáveres. Incluso se añade que el propio general sarraceno Ibn-abi-abda quedó tendido en el campo.

León, testigo de este triunfo tan memorable, participó de la gloria de su soberano, pues aquí confirmó la Corte, abandonó el título de rey de Asturias para tomar el de rey de León y considerando que la pequeña “catedral” (que tenía su asiento pontifical en la iglesia de San Pedro extramuros) no era digna de su Corte, para demostrar su agradecimiento a la Providencia por la resonante victoria de San Esteban de Gormaz, hizo donación de su propio palacio para construir otra nueva en honor de la Virgen María, más grande y más capaz. Dice una referencia que este palacio de Ordoño II era un espacioso edifico de tres naves, levantado para gimnasio y casa de baños durante la dominación  romana, y de tan buenas proporciones,  que pocas obras fueron necesarias para convertirle en hermosísimo templo, lo que dio principio a nuestra magnifica iglesia catedral Así nació también aquella “urbus regia” del Imperio Medieval Leonés, es decir León, llena de suntuosos edificios y sumamente embellecida.

Diez años duró el reinado de Ordoño II, desde el 914 al 924. El año 892 se casó con Elvira Munia; en 922 con Argonta y en 923 con Sancha de Navarra. Pero la historia del monarca leonés está marcada por la guerra. El año 918 leoneses y navarros avanzan por La Rioja, conquistando Calahorra, Arnedo y la fortaleza de Viguera. Al año siguiente contesta el moro cordobés enviando una expedición  sobre León sin mayores resultados. Y el mes de julio del 920 paso por Guadalajara, Medinaceli y Osma... Guerras y luchas incesantes. Ordoño II tiene que ir luego en socorro de don García rey de Navarra, peleando los dos reyes con valor en la reñida y sangrienta batalla de Valdejunquera, inclinándose esta vez la victoria por los hijos de la Media Luna. Fue entonces cuando la culpa de la derrota cayó sobre los condes de Castilla que, si avisados con oportunidad, llegaron tarde al lugar del combate, o se negaron a la asistencia como señores feudatarios del rey de León, dio lugar a un sangriento episodio.

Todavía en el  verano del 921 combatió con denuedo a los moros por tierras cordobesas; que hizo concebir a Ordoño II nuevos planes militares aliados ( Navarra y León) contra la morisma. Pero murió en la primavera del año 924 siendo enterrado en la Catedral, donde puede verse en la girola su sepulcro. Detrás del altar mayor.

Ordoño II, a quien el Padre Risco lo califica de justo y piadoso, fue un gran benefactor, ya que hizo multitud de donaciones imposibles de relatar aquí. A este “insigne guerrero  se debe también el escudo de armas de nuestra ciudad. Fue rey soberano  Ca León era reino et Castiella condado” La grandeza de la Corte Leonesa y de la ciudad se hizo, pues, desde entonces. No cabe duda que Ordoño II se sentía heredero de la monarquía visigoda y aspiraba a su restablecimiento.  Fue un hombre soñador y casi legendario. Le citan muchos romances y cancioneros.







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