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Vista desde el
monte San Bartolo
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Autor:
Silvia Fernández Calvo |
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se sube al maravilloso monte de San Bartolo, lo que más atrae es su bello
paisaje.
Se contemplan las azules y cristalinas aguas de un pequeño riachuelo que
surca el relieve de un frondoso monte al lado de San Bartolo.
Si el día es despejado se pueden divisar las majestuosas torres de la
catedral de Astorga.
Girando a la derecha se puede ver el pequeño pero profundo embalse de
Villagatón y abajo,
a unos pocos kilómetros, el amenazante pantano de Villameca, en cuyas
aguas azules, a veces verdes por las plantas,
se bañan los turistas en verano.
Los
verdes, grandes y numerosos campos de cultivo, se extienden por todos los
rincones como una manta que cubre la Cepeda.
Los prados están llenos de delicadas pero bonitas flores multicolores.
En
el horizonte, pegadas al cielo, se pueden ver las picudas o redondeadas
montañas que
hacen frontera con la Cordillera Cantábrica o con los Montes de León.
A
lo lejos, pequeñito e inmóvil, se encuentra el Teleno. Su color es azul
grisáceo, por lo que su lejanía parece doble.
Las
montañas más cercanas, con un color marrón o verde, dan un aire de
grandeza, inmensa.
Los pueblos se ven como pequeños puntitos, y sus estrechas y
cortas calles no llegan
a divisarse.
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Vista desde San Bartolo. Foto: A.G.C.
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