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La ermita de CAMPOSAGRADO
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Autor:
Gelu
Belinchón y Ordoño Llamas |
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Cuenta
la tradición que, al iniciarse la reconquista, tuvo lugar en Camposagrado
una gran batalla contra los musulmanes. Don Pelayo que avisado en sueños
por el apóstol Santiago de que acampara en la zona y uno de sus guerreros,
el capitán Colinas, excavó en una noche 13 pozos que sirvieron de
refugio a los cristianos contra el ataque sarraceno. Durante la noche
ocurrieron prodigios que presagiaron el triunfo en la batalla, atribuidos
a una Virgen que el ejército portaba con él.
En agradecimiento a la Señora, el propio Don Pelayo fundó una ermita
en la que depositó una imagen de la Virgen traída de Toledo.
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Marca
el límite de los municipios de Rioseco de Tapia y de Carrocera, que
coincidía con la delimitación
de las diócesis de León y Oviedo; en
1954, tras una reestructuración, se incorpora a la diócesis de
Legionense. Resulta curioso comprobar que la iglesia
cuenta con dos puertas, una para cada uno de
los concejos que delimita, lo que ha originado no
pocas disputas entre los vecinos y cofrades de Rioseco
y los de Benllera, por el honor de poder
sacar a la Virgen en procesión por su puerta.
La primitiva construcción del siglo VIII, de una sola nave de cañón,
puerta lateral y espadaña, ha sufrido
a lo largo de la historia diversas remodelaciones. El templo
actual es del siglo XVI, al que se fueron añadiendo o modificando distintos elementos en el siglo
XVII y XVIII. Así, según consta en una inscripción,
en 1735 se
construye el pórtico sur. La ermita muestra ahora una arquitectura rural
sencilla, con
volúmenes simples. En su interior de una sola nave, destaca
el coro a los pies de la iglesia y la capilla
mayor, separada por enrejado.
El retablo neoclásico, alberga una virgen de traza románica (s. XIII);
las pinturas reflejan
escenas de la Virgen y de Santiago Matamoros.
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Imágenes
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El
retablo neoclásico alberga la imagen más antigua del templo, una virgen
románica del siglo XIII, tallada
en madera y policromada, que ha sido
restaurada en varias ocasiones.
Bajo el retablo, a través de dos puertas en las que aparecen los
cuatro evangelistas, se accede
a un
camarín con cúpula, que custodia
otra imagen de la Virgen del siglo XVI. Una tercera imagen,
moderna y
de
vestir, es la que suele salir en las procesiones.
En la capilla están enterrados los benefactores de la actual iglesia,
Domingo Fernández de Colinas
y María Álvarez de Tusinos, fallecidos en
1580 y 1594 respectivamente. Su tumba tiene labrado el escudo de los
Álvarez de Miranda.
Romerías
La
Virgen de Camposagrado tiene numerosos devotos en toda la comarca. El
segundo domingo
de Junio se celebran rogativas en las que participan los vecinos de
Carrocera , Cuadros y Rioseco
de Tapia, con procesión y misa campestre. Hay también pregón, ofrenda
de productos tradicionales, trajes regionales, concurso de mastín leonés
y corro de lucha leonesa.
La fiesta mayor es el día 8 de Septiembre. Cada primer martes de mes
entre abril y octubre, la cofradía celebra un oficio según sus normas
ancestrales. |
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Cofradía
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La
ermita cuenta con una cofradía sacerdotal fundada antes del siglo XVI,
con unos estatutos
estrictos y dirigida por un abad. Se regulan por ejemplo los yantares
(comidas) de los cofrades
en tineo el (comedor), con un menú que se remonta a la Edad Media,
todavía vigente: " una
escudilla de caldo, un cocido, cuatro onzas de tocino, media libra de
carne, pan, vino y queso".
Las dependencias de la cofradía, la cocina y el tineo, se sitúan junto a
la torre de la iglesia, de
planta cuadrada y separada de la iglesia. La sala capitular, donde
celebran sus reuniones data
de 1672, quedando en el edificio principal. Debió contar con hospital y
hospedería,
hoy desaparecidos.
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Tradición |
Otra
leyenda habla de una gran batalla entre las tropas de Don Pelayo y las de
Almanzor, en la que resultaron vencedores los cristianos con la ayuda de santa María.
Hubo muchas bajas entre los cristianos,
y para que los muertos reposaran en campo santo, se
bendijo el lugar, dándole el nombre de "Campo Sagrado". Luego, se levantó la
ermita y se trajo de Toledo una imagen de la Virgen.
Otra historia, posiblemente la más veraz, cuenta que tras la batalla de
Covadonga, un grupo de musulmanes al mando de Munuza quiso alcanzar los páramos de León a
través del puerto de la Mesa. Pelayo adivinó sus planes y les hizo frente en el valle,
infringiéndoles una nueva derrota y persiguiendo sin cuartel a los que lograron escapar. Los
alcanzó en Camposagrado, con la ayuda del capitán Colinas, que se ocultó con unos soldados en 13
pozos.
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El entorno de la ermita es
ideal para pasear y relajarse.
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