Nuestro calendario
actual se basa en el introducido por Julio César ( el calendario
juliano), en el que se añadía un día suplementario cada cuatro
años, por lo que el año medio tenía 365, 25 días. En este día se
encajaba después del 2 3 de febrero, llamado "23-bis" (de
ahí bisiesto).
Sin embargo, astronómicamente, el año
(llamado "año trópico") dura 365, 2422 días. Esta
pequeña diferencia supone un error de un día cada 128 años, lo que
al principio no parece mucho, pero con el tiempo puede causar serios
trastornos al comprobar cómo las estaciones meteorológicas (que en
el fondo son astronómicas) no coinciden con la fecha del calendario.
A finales del siglo XVI la diferencia era ya evidente y el Papa
Gregorio XIII decidió cortar por lo sano: suprimió diez días
completos del mes de septiembre del año 1582.
Así, al jueves 4 de octubre le siguió el viernes 15 de octubre.
Mucha gente pensó que les habían robado diez días de su vida. Los
países protestantes y hicieron lo propio el 2 de septiembre de 1752,
al que siguió el día 14 del mismo mes. A menudo se comenta que
Cervantes y Shakespeare murieron el mismo día, el 23 de abril de
1616. En realidad murieron en la misma fecha, con diez días de
diferencia.
El calendario gregoriano, vigente en la actualidad, suprime los 29 de
febrero del último día de cada siglo, excepto si el año es
múltiplo de 400.
Por esa razón el año 2000 si fue bisiesto, mientras que el 1900 no
lo fue. El año gregoriano medio tiene 365, 2425 días, por lo que
solo necesita de revisiones cada 3300 años. |