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 Estás en: "varios" 

  Tradiciones paganas durante la Semana Santa leonesa
 

Autor: A.N.V.

El "entierro de Genarín"

La noche del Jueves Santo en las calles del casco antiguo conocido como "El Barrio Húmedo" tiene lugar el recorrido del "Entierro de Genarín" que transcurre por los barrios de Santa Marina, Regla, San Martín y el Mercado.
La historia contada y cantada nos narra que Genarín, Jenaro Blanco era deambulante borrachín y comprador 
de pieles de conejo, murió atropellado por el primer camión de la limpieza que hubo en León, en la fría 
mañana del 29 de marzo de 1929, mientras hacía sus necesidades fisiológicas  " junto al cubo tercero de la muralla yendo desde Puerta Castillo para San Lorenzo, inmediato a la escalerilla que baja desde la Calle de Santa Marina" según relato del suceso publicado en el  Diario de León.
La peculiar muerte del no menos peculiar personaje dio pie  a que los "cuatro evangelistas" - el poeta 
Francisco Pérez Herrero, Eulogio, taxista, Nicolás Pérez, arbitro de fútbol y Luis Rico, aristócrata  bohemio hicieran una parodia de la seria y rigurosa Semana Leonesa.
El rito da comienzo a las doce de la noche en la calle de La Sal. Después de haber sido contados los treinta pasos de rigor, por la calle Domínguez Berrueta, antes calle Nueva. 
Se hacen paradas para decir romances funerarios y picarescos y libar orujo , ante la Catedral, en la 
Carretera de los Cubos, "donde ocurrió la tragedia" en un vano de la muralla, el "colgador" deposita una 
botella de orujo, un trozo de pan de hogaza, dos naranjas y un pedazo de queso, alimento del espíritu de Genarín; luego la procesión se detiene  en la calle de Cardenal Landázuri, antes Canóniga Vieja, junto al Consistorio, en la Plaza Mayor, finalmente en la Plaza de Santa María del Camino, conocida como la Plaza 
del Grano,
terminó de la ceremonia que se inició en 1030 . Prohibida por el Gobernador Civil en 1957 se reanudo hace veintidós año y en la actualidad son muchas las personas de León y de fuera de León que disfrutan de una noche de fiesta en medio de la seria, formal, rígida y sentida Semana Santa Leonesa. El último "evangelista" murió el 4 de junio de 1986. Su esfuerzo, su ilusión, su constancia, y sus versos, 
dieron cimiento a esta ronda romántico-poética del "Entierro de Genarín".

Entierro de Genarín

Entierro de Genarín

 
Las Chapas

Al igual que ocurre con el " Entierro de Genarín"  y pese a las continuas prohibiciones que los distintos Gobernadores Civiles han impuesto sobre ellas "Las Chapas" vuelven a celebrarse en León como el regreso 
de las golondrinas.
En síntesis consiste en lo siguiente:  Organizado el corro, una vez depositado el dinero en el suelo, a la vista 
de todos, que es lo legal, y cerradas las apuestas, la persona designada -puede ser un jugador- lanza al aire 
las dos monedas, que habitualmente son de bronce, de aquellas de 5 o 10 céntimos, y cuando se estrellan 
en el pavimento, el "baratero" se encarga de recogerlas y mostrarlas públicamente. Si en una sale "cara"
en otra "cruz" se repite la tirada hasta que ambas queden emparejadas.
Al parecer simbolizan o representan aquel juego que llevaron a cabo los soldados romanos en el momento 
del Calvario -repartirse la túnica de Cristo- . Otros opinan que esta tradición entronca con la traición de 
Judas. Sea como fuere el Juego de las Chapas tuvo siempre en León raigambre popular.

Matar judíos

La tradición de  "matar judíos" tiene un sello propiamente leonés.
La historia leonesa registra estos episodios sangrientos en las comunidades hebreas de Puente Castro, 
Santa Ana y San Martín.
El edicto de origen racial y de intransigencia, manifestada por parte de los Reyes Isabel de Castilla y 
Fernando de Aragón  en 1492 no impidió que los judíos permanecieran en nuestra ciudad. 
Pero el decreto dictado por Felipe III, el 11 de septiembre de 1609 dio lugar a su expulsión definitiva y no quedando, por tanto, judíos que llevarse a las manos, los leoneses dieron por conmemorar aquellas 
matanzas en los recintos tabernarios de un modo simbólico:"Limonada que trasiego, judío que pulverizo".
Cuentan que la limonada, recuerda aquel momento triste del Gólgota, cuando Cristo, agonizando en 
la Cruz, exclamó: "Tengo sed". Cambiar en estos días el consumo de vino por limonada es una típica 
costumbre leonesa. Rebajado el caldo, en justa medida con agua, limones, naranjas, higos, pasas, plátanos canela en rama y azúcar consiguen, después de un tiempo de maceración, dar corporeidad a la deliciosa limonada, bebida de penitencia desagravio, instrumento fundamental de una tradición a la que los leoneses 
se entregan con fruición es estas fechas pasioneras: "matar judíos".




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